El marzo que inicia se cumplirán 78 años de la llegada de un pequeño contingente de tropas del ejército norteamericano (U.S. ARMY) a tierras venezolanas en tiempos de la segunda guerra mundial. Es uno de esos episodios poco conocido o hasta oculto de nuestra historia, quizás porque no le han dado importancia dado que existen pocos registros o y un exacerbado orgullo nacionalista de los historiadores para intentar desconocer esta historia.
LOS ANTECEDENTES
La serie de ataques de los submarinos alemanes en febrero 1942 a la flota petrolera que llevaba petróleo desde los pozos del lago de Maracaibo a las refinerías de Aruba, Curazao y Trinidad originó una interrupción abrupta del tráfico de los tanqueros por las aguas de nuestro Mar Caribe, poniendo en serio peligro el abastecimiento de combustible para el esfuerzo bélico aliado. Por un mes aproximadamente no partieron los buques tanqueros cargados con su precioso líquido negro a las refinerías de las islas del Caribe, pues existía el fundado temor de que se corriera con la misma suerte que la decena de barcos petroleros hundidos por los submarinos frente a las costas de Zulia, Falcón y el oriente del país ese febrero de 1.942. Fueron echados a pique el Monagas, El Tía Juana, el Pedernales, el Ramona, el San Nicolás, entre otras víctimas de los torpedos, dejando muertos a varios marineros venezolanos. El temor al ataque de los submarinos alemanes en nuestras costas fue tan grande que hasta se suspendió la simple navegación costanera.
La grave situación generó una rápida decisión de los mandos norteamericanos de proteger las costas suramericanas de cualquier intento de incursión de fuerzas navales del eje (Alemania, Japón o Italia) , para lo cual se reforzaron ese mismo año de 1.942 las bases de Panamá y Puerto Rico y se incorporaron tropas norteamericanas a las bases que tenían Inglaterra y Holanda en Trinidad y Las Antillas Neerlandesas (Curazao, Aruba y Bonaire). Igualmente se construyeron un extraordinario número de aeródromos en Puerto Rico, Trinidad y Panamá para tratar de cubrir la zona del Caribe. Asimismo se trató con los gobiernos amigos de Chile, Perú y Venezuela el establecimiento en los respectivos países de Baterías de Defensa Costera del ejército norteamericano para garantizar la protección de las rutas navales costaneras. Estos desplazamientos no eran algo improvisado: desde principios de la década de los 40s los cuadros militares norteamericanos habían estudiado la importancia estratégica del eje golfo de Venezuela-Antillas Holandesas – Trinidad y su importancia con la navegación del cercano Canal de Panamá y antes de la incursión de los submarinos alemanes, y ya en 1.941 los norteamericanos habían elaborado un plan de acción en esta zona en caso de que los EE. UU. entraran en guerra: el “Rainbow 5” (Plan Arcoiris 5), el cual fue puesto en práctica a partir del 12 de diciembre de 1.941, es decir, inmediatamente después del ataque japonés a Pearl Harbour, con lo que EE.UU entraba en la guerra.
EL CASO DE VENEZUELA
Por razones de normas constitucionales, Venezuela no permite el establecimiento de fuerzas militares de otros países en su territorio, ni siquiera para coadyuvar en su defensa territorial, como sí lo permiten países mucho más poderosos que el nuestro, como por ejemplo España, Turquía, Inglaterra, Arabia Saudita, donde funcionan bases militares norteamericanas, para sólo mencionar algunos, donde privan más razones de orden práctico, que meros principios enunciativos nacionalistas.
Es de notar que para Venezuela esta defensa ha sido más declarativa que de verdadero ejercicio, especialmente en tiempos de la segunda guerra mundial cuando los submarinos alemanes operaron casi a su libre albedrío por nuestras aguas, igualmente buques franceses, norteamericanos e ingleses, y aviones y dirigibles de los aliados, que sin pedir permiso transitaban a su libre voluntad por nuestros espacios aéreos y marítimos. Venezuela no tenía los medios materiales para ejercer debidamente su soberanía, pero una vez evidenciada la amenaza de la marina alemana, no le quedó más remedio al gobierno del gral. Isaías Medina Angarita que flexibilizar su posición y permitir la entrada de las tropas del ejército norteamericano bajo la figura de “instructores”, así como también el uso de ciertos aeropuertos por la aviación de los países aliados.
LA “VELUM FORCE” O FURZA VENEZUELA
Es así entonces que se busca un mecanismo para poder instalar en las costas venezolanas unas fuerzas defensivas artilladas norteamericanas y por medio de una ley norteamericana conocida como “Ley de Préstamos y Arriendos” se logra que los Estados Unidos “transfiera” a Venezuela un conjunto de baterías costeras, las cuales deben venir, en principio con su dotación de tropas, que a los meros efectos legales y para no violar la constitución, llegarían como “instructores”. Los norteamericanos han sido del criterio que los ejércitos de los países suramericanos han sido mas una fuerza de mantenimiento del orden interno que una verdadera fuerza militar capaz de ejecutar una defensa ante un enemigo extranjero, por eso son reacios a dejar inmediatamente en manos del ejército nacional los equipos bélicos a transferir.
Es así que se activa la “Fuerza Venezuela”, conocida el nombre código en los archivos norteamericanos como “Velum Force” la cual se traslada a nuestro país en abril de 1.942 y establece su cuartel general en Puerto La Cruz, y con competencia sobre las costas de Venezuela, Aruba y Curazao. Para cumplir esta misión se comisiona al Regimiento 56 de Artillería Costera, acantonado en California, en el fuerte Cronkhite, Condado de Marin. Se trasladan a Venezuela las baterías C y D compuestas por cañones de 155mm, ametralladoras .50, ametralladoras browning 12,7mm, faros, elementos de óptica, etc.
Una de las baterías se instala en Puerto La Cruz, Edo. Anzoátegui y la otra en Las Piedras, Edo. Falcón. Con ellas vienen unos trescientos soldados norteamericanos, entre oficiales y tropa, que protegen nuestras costas de cualquier ataque externo y entrenan a las tropas del ejército venezolano. Más tarde, en Junio llega una tercera batería, que se instala en la Isla de Patos y tiene como misión defender el tráfico marítimo en el Golfo de Paria. Todas estas tropas estaban bajo el mando directo de los agregados militares de Estados Unidos en la embajada en Venezuela.
Existen pruebas fotográficas de que los soldados norteamericanos recorrieron varias partes de nuestro país, quizás hasta realizando labores de inteligencia. En marzo de 1943, dos de las baterías fueron trasladadas a Aruba y Curazao respectivamente. El 26 de Junio de 1.944 el resto de las tropas norteamericanas abandonan definitivamente nuestro país, sin haber entrado en combate, ya que ninguna nave enemiga jamás intentó algún ataque a tierra firme venezolana, por lo que se tiene conocimiento. Sus compañeros destacados en Aruba y Curazao si tuvieron oportunidad de accionar sus armas ya que las incursiones de submarinos se repitieron en algunas oportunidades en contra de las islas. Posteriormente estas unidades abandonaron el Caribe y fueron renombradas como “Batería de Artillería de Campo Nro. 767”, equipadas ahora con cañones de 105mm y adscrita al ejército del gral. Patton, y participaron activamente en la campaña de Europa. Así fue como vinieron a Venezuela los soldados norteamericanos a ayudarnos a defender nuestras costas de un agresor extranjero.
EPILOGO
En nuestro país quedaron varias de las baterías norteamericanas, transferidas a nuestro ejército en enero de 1.943, como se dijo anteriormente. Una de ellas estaba acantonada en la Isla de Patos, entre el Golfo de Paria y Trinidad, donde ocurrió un curioso incidente: Un escuadrón de aviones norteamericanos, que se encontraban en el Caribe en labores de entrenamiento y práctica de bombardeo aire/mar. Estuvieron utilizando blancos ficticios en alta mar, pero al ver esa pequeña isla, aparentemente desierta, por desconocimiento bombardearon la isla, donde se encontraba destacada la batería, ahora sostenida por tropas venezolanas. No quedaron registros sobre los posibles daños personales en tierra, ni tampoco se conoce si hubo respuesta de fuego antiaéreo de las ametralladoras .50 o 12,7 browining en contra de los bombarderos. Lo cierto es que no se tiene conocimiento de derribo de ningún avión por parte de la defensa de la isla. Este episodio de “fuego amigo” habría originado una nota de protesta de la cancillería venezolana a las autoridades norteamericanas, pero los investigadores históricos no han podido encontrar los archivos correspondientes en nuestra cancillería.
El enorme cañón de 155 mm de las baterías de defensa costera
PARA LEER MAS:
Hernández González, Carlos E. “Venezuela en la Segunda Guerr a Mundial Golfo de Paria: Defensa conjunta y punto de Desencuentro”MAÑONGO. Revista Semestral de Historia y Ciencias Sociales de la Universidad de Carabobo. Nro. 41. Vol XXI. Julio/Diciembre 2013. Valencia. Venezuela. Chant, Cristopehr. “The Encyclopedia of Codenames of World War II”. Disponible en la web: http://www.thebookishblog.com/the-encyclopedia-of-codenames-of-world-war-ii.pdfFitzroy Andre Baptiste. “War cooperation and conflict. The European Possessions in the Caribbean, 1939-1045. Disponible en la web: https://books.google.co.ve/books?id=h5YHyfXixz8C&pg=PA168&lpg=PA168&dq=war+cooperation+and+conflict++velum+force&source=bl&ots=r7CBEp99FA&sig=eE0zurLdTIs_GKwLc783COfGJ4k&hl=es&sa=X&ved=0ahUKEwi__p_VkfDVAhVI2SYKHXldCEAQ6AEIKDAA#v=onepage&q=war%20cooperation%20and%20conflict%20%20velum%20force&f=falseGaines C. William. “Coast Artillery Organizational History, 1917-1950 Part I, Coast Artillery Regiments 1-196. The Coast Defense Journal”. Disponible en la web: http://cdsg.org/wp-content/uploads/pdfs/FORTS/CACunits/CACreg1.pdfVasquez, Cesar A. “A History of the United States Caribbean DefenseCommand (1941-1947)”Florida International University, Disponible en la web: http://digitalcommons.fiu.edu/cgi/viewcontent.cgi?article=3672&context=etd