A continuación una parte importante y poco conocida de los hechos que se desarrollaron en medio de la Revolución Liberal Restauradora, la importante guerra que cambió la historia de Venezuela.
GRAN ESTADO DE LOS ANDES.
SECCIÓN DEL TÁCHIRA.
Julio 22 del Año 1.899.
Revolución Liberal Restauradora.
• CIPRIANO CASTRO: Se encuentra acampando en CONSTITUCIÓN- BOROTÁ, con parte de su Ejercito.
El 23 de Mayo de 1.899 se inició en territorio tachirense la «Revolución Liberal Restauradora», comandada por Cipriano Castro, cuyo primer objetivo era derrocar el Gobierno del Gral. Ignacio Andrade. Al saber Castro que se aproximaba un numeroso ejército del Gobierno al mando del Gral. Antonio Fernández, decidió abandonar la ciudad San Cristóbal y movilizó sus hombres hacia Borotá, Palo Grande y Mochileros. «El ejército del Gobierno, sin contar las fuerzas acantonadas en San Cristóbal, sumaba entre seis y ocho mil soldados, mientras que los revolucionarios alcanzaban unos dos mil».
Monseñor Jáuregui que conocía con anterioridad a los dos jefes contrincantes, aunque tenía más amistad con Castro, decidió oportuno mediar con ellos para evitar un inútil derramamiento de sangre en tierra tachirense, más aún cuando muchos de los hombres que componían las filas de Castro eran alumnos egresados del Colegio Sagrado Corazón de Jesús que Jáuregui presidía. Así pues, partió de la Grita y se entrevistó en primer lugar con el Gral. Fernández, acampado en Michelena, quien le transmitió la orden que traía de lograr una capitulación por parte de los revolucionarios. Posteriormente, el 22 de Julio, conversó con Castro, que estaba acampando en CONSTITUCIÓN-BOROTA, y le comunica que el país estaba en calma y que solo había brotes revolucionarios en el Táchira. Le advirtió asimismo de la superioridad que en ese momento tenía el ejército del Gobierno y le planteó la capitulación.
Castro no desistió de sus propósitos «pues mantenía la convicción de que lo secundaban muchas otras fuerzas de la nación», por lo que «sólo aceptó una suspensión de hostilidades mientras un comisionado suyo y Mons. Jáuregui iban al centro a cerciorarse, entre otras cosas de que el país estaba en paz. Si esto se comprobaba, iba entonces a tratar lo de la capitulación». Jáuregui se devolvió a conversar con el Gral. Fernández sobre esta proposición, pero creyendo que la rechazaría, dada su considerable ventaja tanto en hombres como armamento, se detuvo en Lobatera y desde ese lugar escribió a Castro para informarle que no iba a ejercer la mediación en los términos planteados, pues sus condiciones las consideraba inaceptables, y le insistió en capitular. La reacción de Castro no se hizo esperar, y en fecha igual a la carta de Mons. Jáuregui, 23 de julio de 1899, le respondió por escrito calificando su carta de insolente y acusándolo de espía y traidor. A propósito de la mediación intentada por Monseñor, Eleazar López Contreras, quien era seguidor de la causa de Castro y a su vez exalumno de Jáuregui, se expresó diciendo: «(…) quiso inducir a la capitulación (…) pues había visto el poderoso ejército de Fernández (…) y creyó que Castro sería vencido al primer encuentro».
Cipriano Castro, no obstante, se sobrepuso a todo, marchó al centro de la República, entró a la ciudad de Caracas el 22 de Octubre de 1.899 y tomó el poder hasta diciembre de 1.908. En vista de lo ocurrido, Jáuregui decidió emigrar a Roma luego de la Semana Santa del año 1.900. Con este propósito tramitó su renuncia al curato y vicaría de La Grita, y viajó a la ciudad de Maracaibo para embarcarse, pero allí tuvo que detener su viaje a causa de la cuarentena por viruela que había en el país, por lo que se quedó prestando sus servicios durante un tiempo junto al obispo del Zulia, Mons. Francisco Marvez. Sin embargo, pocos días después, el 13 de Julio, fue descubierto un conato revolucionario encabezado por Felipe Garbiras, al cual vincularon a Mons. Jáuregui, por lo cual fue hecho prisionero y recluido en el Castillo de San Carlos del Zulia la tarde del 14 de julio. Finalmente Cipriano Castro ordena la libertad de Monseñor Jáuregui, en fecha 4 de agosto, pero con la condición expresa de que se fuera inmediatamente de Venezuela. Saliendo del país el 17 de Agosto del año 1.900.
FUENTES BIBLIOGRÁFICAS CONSULTADAS:
- Comisión Presidencial para la celebración del Sesquicentenario del Natalicio de Mons. Dr. Jesús Manuel Jáuregui Moreno: Archivo Arquidiocesano de Mérida.
- Historia del Espíritu Santo de La Grita. Vol. 1. (2º edición). Caracas: Ediciones del Congreso de la República. * Boletín del Centro de Investigación de Historia Eclesiástica Venezolana. Enero-diciembre (14-15). Jáuregui, J. (23 de julio de 1899).
- Carta a Cipriano Castro. Boletín del Archivo Histórico de Miraflores.Castro, C. (23 de julio de 1899).* Carta a Mons. Jáuregui. Boletín del Archivo Histórico de Miraflores.* Carta del Gral. Cipriano Castro al Sr. Gral. Rafael Arias. Boletín del Archivo Histórico de Miraflores (Caracas).
- HOJARASCA. Juan Apolinar Uzcátegui. Maracaibo. Año 1.932.Del archivo familiar Rey Lozada. Pie de página: (1) CARTAS CRUZADAS, entre el Gral. CIPRIANO CASTRO, y el Presbítero y Doctor JESÚS MANUEL JÁUREGUI MORENO, IMPORTANTES DOCUMENTOS SOBRE UN ARMISTICIO, fechadas esas correspondencias en CONSTITUCIÓN-BOROTÁ y LOBATERA, el día 23 de JULIO de 1.899. Copiado del libro histórico «EPISODIOS», del año 1.900 por el Doctor y General Gerónimo Maldonado hijo. Imágenes y texto