La naciente República del Perú peligraba por la resistencia del ejército realista en el centro y sur del país y por la constante discordia entre el Poder Ejecutivo y el Congreso. Perú todavía no aseguraba su independencia cuando oficiales del ejército, sublevados en el llamado motín de Balconcillo, dieron el primer golpe de Estado en la historia de la nación contra la Junta Gubernativa y nombraron a José de la Riva-Agüero como presidente de la República en febrero de 1823.
Para comprender la disputa surgida por el apoyo a la Independencia del Perú, hay que conocer el antecedente del asunto.
Los auxiliares colombianos
Según el historiador peruano Jorge Basadre, el ministro Monteagudo, que acompañó a San Martín en el Protectorado, se dirigió a Antonio José de Sucre el 23 de Junio de 1822 pidiéndole que viniesen al Perú junto a la división peruana «a lo menos mil quinientos o dos mil colombianos». El regreso de esta división trajo al rededor de 850 soldados colombianos en reemplazo de sus bajas. En septiembre de 1822, Simón Bolívar ofreció cuatro mil hombres más al Perú, pero la Junta Gubernativa rechazó la oferta alegando que sólo necesitaban cuatro mil fusiles.
Al asumir José de la Riva-Agüero la presidencia de la República tras el golpe de Estado, pidió a Simón Bolívar los cuatro mil hombres ofrecidos y rechazados por la Junta Gubernativa en septiembre de 1822. El número de hombres en el acuerdo adoptado ascendía a seis mil que fueron mandados por Antonio José de Sucre.
El Perú se comprometió en el Convenio Sobre Auxilio para la Guerra de la Independencia —documento con once artículos firmado el 18 de marzo de 1823— a financiar los sueldos, vestuarios, equipo, los gasto de regreso de los auxiliares colombianos, remplazar las bajas con soldados peruanos y otros puntos estipulados en el acuerdo que, según los peruanos, desfavorecía a su país. Se verificó una ratificación el 3 de junio de 1823 en el convenio Herrera-Urdaneta donde las bajas de la división de Colombia serían remplazadas, no con peruanos, sino con soldados colombianos existentes en los cuerpos de Perú o por prisioneros españoles.
LA DIVISIÓN AUXILIAR COLOMBIANA OFRECE SUS ARMAS A LA REPRESENTACIÓN NACIONAL POR GARANTÍA DE SU LIBERTAD Y QUE SE HONRARÁ DE SERVIRLE TAN CELOSA Y FIELMENTE COMO LOS SOLDADOS PERUANOS.
Antonio José de Sucre
Antonio José de Sucre en Perú
La llegada de Antonio José de Sucre, primero como ministro plenipotenciario de Bolívar y después como cabeza de la división auxiliar, acrecentaron los esfuerzos para que llegara al Perú el Libertador.
En mayo de 1823, el Congreso Constituyente del Perú redactó dos decretos en reconocimiento al labor emprendido por Simón Bolívar:
En el primer decreto, el Congreso peruano envió una «solemne acción de gracias al Libertador Presidente de la Republica de Colombia» por sus eminentes servicios prestados a la causa independentista.
En el segundo decreto, el Congreso peruano suplica a Simón Bolívar que visite al Perú lo más pronto posible. Aceptó la invitación y arribó al Puerto del Callao en septiembre de ese año. Antonio José de Sucre se dirigió al Congreso peruano expresando su gratitud por los decretos del 5 y 14 de mayo respectivamente.
Trasfondo de la situación peruana
Apenas un día después del homenaje del Congreso, Sucre escribió a Bolívar:
EL EJÉRCITO NO TIENE JEFES: EL PAÍS ESTÁ TAN DIVIDIDO EN PARTIDOS COMO ESTÁN LAS TROPAS DE LOS DIFERENTES ESTADOS QUE LAS FORMAN; EL CONGRESO Y EL EJECUTIVO ESTÁN DISCORDES Y ESTO NO PUEDE TENER BUEN RESULTADO; NO HAY SUBSISTENCIAS PARA LA TROPA Y LAS POCAS QUE SE ADQUIEREN SE INVIERTEN MAL… EN FIN, MIL MALES ASOMAN PARA PRESAGIAR QUE TODO SE DESBARATA Y EN UN DESMORONAMIENTO LA DIVISIÓN DE COLOMBIA SERÁ PARTE DE LAS RUINAS.
Antonio José de Sucre
Este escenario desesperanzador hacía peligrar la causa independentista en Perú. Como si no fuera suficiente, un mes después de haber escrito esta carta a Bolívar, Sucre, el ejército y todo el poder público evacuaron Lima por el inminente avance realista hacia la capital. Se instalaron en el Callao donde Sucre volvería a dirigirse a Bolívar expresándole su desasosiego por la falta de autoridad en el país.
Jefe del poder militar
A pesar de su negativa inicial de ejercer el cargo, Antonio José de Sucre finalmente prestó juramento como Jefe Supremo Militar del Perú.
La participación protagonista de Sucre, quien ejerció su cargo como Jefe Supremo durante un año y firmó la Capitulación de Ayacucho en 1824, y Bolívar, quien llegó en un escenario desesperanzador para la causa independentista y es todavía objeto de debate y crítica por ellos, es fundamental para explicar la victoria patriota en Perú y la derrota del ejercito realista que tanta resistencia había presentado en el país desde los inicios.
Referencias
Basadre, Jorge. (2005). Historia de la República del Perú [1822-1933]. Lima: Empresa Editora El Comercio S.A.