La Primera Guerra Mundial o «Gran Guerra» como se conoció entonces, fue uno de los conflictos armados más atroces de la historia donde se vieron involucradas todas las grandes potencias industriales y militares de la época. Se dividían en diversas alianzas: La Triple Alianza, formada por las Potencias Centrales: el Imperio alemán y Austria-Hungría.
Italia, que había sido miembro de la Triple Alianza junto a Alemania y Austria-Hungría, no se unió a las Potencias Centrales, pues Austria, en contra de los términos pactados fue la nación agresora que desencadenó el conflicto. Por otro lado se encontraba la Triple Entente formada por el Reino Unido, Francia y el Imperio Ruso.
Ambas alianzas sufrieron cambios y fueron varias las naciones que acabarían ingresando en las filas de uno u otro bando según avanzaba la guerra: Italia, Japón, el Reino Unido y Estados Unidos se unieron a la Triple Entente, mientras el Imperio Otomano y Bulgaria se unieron a las Potencias Centrales (Triple Alianza).
En total, más de 70 millones de militares, incluyendo 60 millones de europeos, se movilizaron y combatieron en la guerra más grande de la historia.
Aunque Venezuela se mantuvo al margen de la guerra, es notable la cantidad de venezolanos que se alistaron en los diferentes ejércitos, pocos de ellos terminando como personajes resaltantes y hasta héroes condecorados de las contiendas militares.
Fue una suerte de mercenario fanático del combate, y es conocido como el más universal de los venezolanos del siglo XX, Nogales Méndez fue héroe de las batallas del Imperio Otomano (Turquía) alcanzando el grado de Bey o General, también siendo héroe y condecorado por el ejército alemán, por derrotar a las tropas inglesas y su contribución a la caída de la ciudad de Van en Armenia.
Nogales no solo participó en la Primera Guerra Mundial, si no también en decenas de guerras en cientos de países donde es parte de su historia patria.
Meyer Baldó fue un As de combate de la aviación alemana y uno de los hombres del escuadrón de combate del famoso Barón Rojo. Participó en la aviación militar venezolana en tiempos del General Gómez.
A su muerte por un trágico accidente, el gobierno alemán envió una comitiva a Caracas para rendir honores.
Nacido en Mérida, pero criado desde niño en Pregonero, estado Táchira, se involucra en las contiendas militares chácaras desde muy pequeño, siendo uno de los montoneros de las tropas del General Cipriano Castro en la Revolución Restauradora.
Participó en la Primera Guerra Mundial en la Legión Extranjera Francesa luchando del lado del ejército aliado en contra del imperio alemán. Obtuvo el grado de Coronel en Venezuela y Teniente en Francia. Su compromiso con la causa francesa fue tal, que participó y fue herido en varias batallas de las mortales trincheras, fue retirado del servicio como héroe, volvió a Venezuela para visitar a su familia y regresó a Francia a seguir luchando, lamentablemente en este regreso a Francia será alcanzado por las ametralladoras del enemigo en Moulin de Laffaux.
Al estallar la Primera Guerra Mundial, Ramírez Rivas sirve en el ejército francés y alcanza descollante actuación en la naciente aviación de guerra.
Sirvió en el 2º Batallón de la Legión Extranjera. De Subteniente llegó al grado de Teniente Coronel. Participó en las famosas batallas de el Somme, Marne, Verdún y, más tarde, en Marruecos. Acciones que le dieron el merecimiento de la Orden del Libertador, la Orden de la Legión de Honor, la Medalla Militar, la Cruz de Guerra, la Orden de San Vladimiro, la Orden del Mérito de Serbia, la Cruz del Mérito Militar Español, la Medalla Interaliada, y otras tantas.
Además de un guerrero, Urdaneta era un periodista y poeta.
En abril de 1914, se alistó en la Legión Extranjera Francesa para combatir en la Primera Guerra Mundial, y fue destinado al Primer Regimiento acantonado en Bel-Abbés y luego a la península de Galípoli, Turquía.
También combate en Alejandría (Egipto), Serbia y Ucrania, con el Cuerpo Expedicionario de Oriente en los frentes orientales. En esos cinco años, toca a fondo el horror de la guerra y es herido en dos oportunidades.
En 1915, una bala le destrozo el oído izquierdo en la Batalla de los Dardanelos y en 1916, durante la Batalla de Verdún, le amputaron parte del pie izquierdo por gangrena, debido a los muchos días que llevaba en las trincheras.
Por sus acciones militares recibió las siguientes medallas de honor: la Medalla Interaliada, Medalla de Verdún, Distintivo de Herida y el Cordón de Honor al Mérito de la Legión Extranjera. Al final de la Primera Guerra Mundial se encontraba en la Argelia francesa.
El 17 de agosto de 1921 regresó a Venezuela y se trasladó a Maracaibo, donde el 29 de septiembre de 1928 se suicidó en su residencia.
Hijo de un corso establecido en Ciudad Bolívar, Santos Palazzi junto con otros guayaneses hijos de franceses corsos, debieron ausentarse en 1914 para ir a pelear por la patria de sus padres en la Primera Guerra Mundial, siendo cabo del 273e Régiment d’Infanterie del ejercito francés.
Ángel Santos Palazzi perdió la vida en plena línea de fuego y bajo un recio combate de artillería. Tenía 37 años de edad cuando un proyectil de artillería le voló la cabeza en la Batalla del Somme el 24 de julio de 1916, fue sepultado en el Cementerio de Amiens.
Fernando Carlos Tamayo fue un tachirense que formó parte del USMC (United States Marine Corps) que luchó en la Primera Guerra Mundial, fue como varios de sus paisanos en esa guerra un héroe de la misma, aunque sus pares tachirenses lucharon por otros países como Alemania, Turquía y Francia. Tamayo luchó en las trincheras de Francia. Al volver a Venezuela fue director del diario Vanguardia y murió en 1948 después de haber pasado largos períodos de su vida entre Nueva York y San Cristóbal.
Es familiar del respetable Dr. Aurelio Ferrero Tamayo insigne personaje público de la ciudad de San Cristóbal.