El general en jefe José Félix Ribas, figura destacada de la Guerra de Independencia, nació en Caracas el 19 de septiembre de 1775, hijo de Marcos de Ribas y Bethencourt y Petronila de Herrera y Mariñas. Marcos y Petronila tuvieron once hijos, aunque algunas fuentes indican que fueron doce, siendo José Félix el menor.

A partir de 1813, Ribas triunfó en las batallas de Niquitao, Los Horcones y Vigirima. No obstante, su batalla más significativa fue la de La Victoria, el 12 de febrero de 1814, donde lideró a un grupo de jóvenes y seminaristas inexpertos. En esta batalla, logró derrotar a las fuerzas realistas de José Tomás Boves. Antes del enfrentamiento, Ribas motivó a sus temerosos soldados con la célebre frase: “¡No podemos optar entre vencer o morir, necesario es vencer!”
A los 21 años, José Félix Ribas contrajo matrimonio el 1 de febrero de 1796 en Caracas con María Josefa Palacios y Blanco (1774-¿?), tía de Simón Bolívar por ser hermana de María Concepción Palacios y Blanco, la madre del Libertador. Este matrimonio convirtió a Ribas, héroe de Niquitao, Los Horcones y “Vencedor de los tiranos de La Victoria”, en tío político de Bolívar. De este enlace nacieron dos hijos: José Félix Valentín de la Concepción Ribas y Palacios y Josefa de Ribas y Palacios, quienes se convirtieron en primos hermanos de Bolívar.
José Félix Valentín nació el 14 de febrero de 1811. Tres años después, el 12 de febrero de 1814, tuvo lugar la Batalla de La Victoria, donde su padre se destacó. Al día siguiente de la batalla, desde Valencia, Bolívar emitió una proclama a las tropas y, como un gesto especial hacia los jóvenes que lucharon en La Victoria, le envió al general Ribas, a través del coronel Tomás Montilla, el nombramiento de su hijo José Félix Valentín Ribas como capitán vivo y efectivo de infantería de línea, un día antes de cumplir tres años.
“Por cuanto usted ha salvado la patria el día de ayer, derrotando completamente al enemigo en la ciudad de La Victoria, por tanto ha tenido a bien el Libertador nombrar al hijo de usted ciudadano José Félix Ribas y Palacios, Capitán vivo y efectivo de Infantería de línea, con el goce de sueldo de tal desde hoy por la antigüedad del día en que empezare a hacer el servicio.
Con esta fecha se comunica al Inspector y al señor secretario de Hacienda, y yo tengo el honor de participarlo a usted, para su satisfacción. Dios guarde a usted muchos años. Cuartel general de Valencia, 13 de febrero de 1814, 4 y 2
Tomás Montilla“
Este nombramiento convirtió a José Félix Valentín Ribas y Palacios en el oficial más joven del mundo. Sin embargo, a pesar de ser hijo de un héroe y ostentar el título de capitán otorgado por su primo, el Libertador, José Félix Valentín no logró ingresar al ejército.
Tras la muerte de su padre en 1815, su madre lo envió a Francia a los once años, donde permaneció durante siete años bajo el cuidado de las hermanas de los generales Tomás y Mariano Montilla, quienes le brindaron una educación esmerada. En 1824, durante su estancia en Francia, falleció su madre, y no fue sino hasta 1829 que regresó a Venezuela. Un año después, en 1830, se casó con Amalia Anzola Tovar, con quien tuvo tres hijos: José Félix, José Ignacio y Trina Ribas Anzola. Ese mismo año, también falleció su primo y protector, Simón Bolívar.
José Félix Valentín se dedicó a la agricultura en las tierras heredadas de su madre, estableciéndose en Guarenas. En 1842, formó parte del grupo que acompañó los restos de Simón Bolívar a la Catedral de Caracas.
A pesar de haber solicitado insistentemente su incorporación al ejército, así como el reconocimiento de su antigüedad y el pago de salarios ante el Congreso, sus esfuerzos fueron infructuosos. En 1856, el Congreso finalmente reconoció la suma de 20.000 pesos, de los cuales solo recibió 416.
Tras enviudar de Trinidad Anzola, contrajo segundas nupcias con Carmen Villavicencio y se mudó a Caracas, donde falleció el 18 de junio de 1875, a los 64 años. Tras enviudar, su segunda esposa, junto con otros herederos, continuaron gestionando ante las autoridades los beneficios militares, salarios y pensiones que le correspondían a su difunto esposo debido a su nombramiento como el capitán más joven del mundo. De esto hace ya más de 200 años.