Era la noche del 22 de enero de 1958 cuando se inicia un movimiento militar encabezado por, entre otros oficiales, Wolfgang Larrazábal Ugueto quien, con el grado de Contralmirante, ocupaba el cargo de Comandante de la Armada a raíz del intento de golpe de estado del 1 de enero del mismo año, ya que, previamente, se venía desempeñando como Director del Círculo Militar y del Instituto Nacional de Deportes.
No fue sino hasta la madrugada ya, del 23 de enero de 1958, cuando el General Marcos Pérez Jiménez, junto a su familia y algunos allegados, deciden poner rumbo hacia el aeropuerto de La Carlota y tomar como destino definitivo el exilio, una vez que, sus asesores de seguridad, dieran cuenta de la cantidad de oficiales y cadetes que se habían sublevado, aproximadamente unos dos mil (2000) hombres y, ante la negativa de un derramamiento de sangre por parte del gobierno, ya que, se tenía controlada la situación, y aunado a la decepción adquirida, deciden irse del país.
Los sucesos del 23 de enero de 1958 arrojaron como saldo un aproximado de más de 161 muertos y al rededor de 477 heridos, además de destrozos y saqueos de las sedes gubernamentales, y de otros mobiliarios que generaron cuantiosas pérdidas económicas, el linchamiento a los efectivos de seguridad del Estado y el robo y pillaje en los domicilios del Presidente de la República y de algunos ministros, da paso al nacimiento de esta fecha que quedó para la historia de Venezuela, cuando ya entrada la mañana de ese día, las emisoras y algunos cuadros políticos de la izquierda radical, anuncian la salida del país del Presidente.
Antecedentes
Entre los antecedentes de esta fecha se pueden mencionar los más resaltantes, más allá de la tan cacareada «ansias de libertad del pueblo», tal y como se esboza en algunas bibliografías, a modo pasionario (por muchos historiadores encuadrados dentro de los partidos políticos), hubo fuerzas económicas, políticas e internacionales que dieron al traste con el gobierno del Nuevo Ideal Nacional.
En lo internacional
El principal actor internacional para la época, como lo fue (y sigue siendo) Estados Unidos de América, que bajo la Administración de Dwight Eisenhower, quien en un principio mantuvo relaciones de amistad y alianza con el gobierno de Pérez Jiménez, a raíz de la Reunión de Países Americanos llevada a cabo en Panamá, con motivo de la Conmemoración del 130º aniversario del Congreso Anfictiónico de Panamá, cuando Pérez Jiménez esboza un discurso en el cual, dado que Venezuela «llevó redención política a la América Latina, era hora de que también lo hiciera en materia económica», proponiendo para ello la creación de un fondo económico que destinara, un porcentaje del PIB de cada país, para contribuir con el desarrollo de los países menos favorecidos. Venezuela para ello contribuiría con la cantidad de 100 millones de Bolívares (unos 29.900.000 US$ aproximadamente) lo cual, representaría para EEUU, tener que contribuir con alrededor de 3.000 millones de Dólares. Dicha proposición fue rechazada categóricamente por la Administración de Eisenhower, aduciendo que, la misma, «provenía de un dictador», esto se da dos (2) años después de haberle otorgado, en el Aula Magna de la Ciudad Universitaria de Caracas (el 13 de febrero de 1954 durante la X Conferencia Americana), la Legión al Mérito del Congreso de ese país.
Previamente al Congreso de Panamá de 1956, se le propuso al gobierno de EEUU el suministro a Venezuela de material militar, siendo pagado íntegramente y no en plazos como se había venido haciendo, pero estos (EEUU) propusieron suministrar al país con material de desecho de la II Guerra Mundial, los cuales no eran aplicables para los requerimientos que tenía Venezuela para ese entonces, por lo cual, la Nación solicitó la adquisición de material naval al Reino Unido (3 Destructores Pesados) y a Italia (la cantidad de 6 Destructores Ligeros) además de las primeras aeronaves a propulsión de América Latina y la adquisición a Bélgica de los fusiles automáticos FAL.
En lo económico
En el plano económico, las fuerzas que dominaban los capitales privados, pujaron en Washington para que se desconociera al gobierno de Pérez Jiménez, esto a raíz de la crispación que generó la negativa del gobierno a otorgar concesiones en la explotación del hierro, en el Cerro Bolívar, y del aluminio ya que, desde personajes como Eugenio Mendoza Goiticoa hasta la Familia Boulton, habían llegado a acuerdos entre ellos para poder recibir concesiones en Bolívar para la explotación de dichos minerales, a lo que el gobierno respondió que: «No contribuiremos al mayor enriquecimiento de la oligarquía criolla». Este fue el detonante, junto con la entrega a empresas extranjeras de los pozos petroleros para que, las familias poderosas venezolanas, se apersonaran en EEUU a fin de lograr el desconocimiento, por parte de Washington, del gobierno de Pérez Jiménez.
En lo político
En el plano político, los partidos ilegalizados (AD, URD y el PCV) unieron fuerzas en la clandestinidad para dar al traste con el gobierno. Desde el uso de armamento hasta la instauración de escuelas de cuadros para la ideologización política, fueron minando en lo social al gobierno. El talón de Aquiles, del gobierno Nacionalista, fue la poca o nula politización de los actos, en el sentido de que, las obras y sus inauguraciones, perseguían fines de exacerbar el sentimiento nacionalista por encima del sentimiento, o dogmatización, sobre un partido político, ya que, para el gobierno, los partidos políticos actuaban en función de sus intereses específicos y, jamás, en función de los intereses de la Nación.
El gobierno tenía conocimiento del bagaje y actuar de Acción Democrática, del PCV y URD, durante su periplo por el gobierno y, por eso, sabían que no tenían buenas intenciones para con el país, en el sentido de que, iban siempre en contra de los resultados por más positivos que estos fueran, un claro ejemplo de ello fueron las manifestaciones del Dr. Rafael Caldera, desde un barrio aledaño a la Autopista Caracas- La Guaira, durante su inauguración, desde donde despotricaba de esa obra de beneficio colectivo y, argumentaba que, la autopista, solo serviría para que circularan desde el Puerto de La Guaira, los Cadillacs de los ricos y del régimen y para “cogerse” unas comisiones en la construcción de dicha obra. También los partidos manifestaban que, cualquier obra que inauguró el gobierno, eran obras suntuosas o faraónicas, para descalificar el sentido que tenían las mismas.
Según relata Marcos Pérez Jiménez, años más tarde: «la ilegalización del Partido Comunista no fue una prerrogativa de los EEUU, nosotros éramos celosos de la soberanía nacional, además de que, este partido, iba en contra de los postulados filósoficos del gobierno, que buscaba una patria digna, próspera y fuerte. Los partidos en Venezuela son dañinos para el desarrollo de la Nación, son los resultados los que hablan por sí mismos y no las doctrinas, ni las prédicas ni las promesas. Acción Democrática fue llevado al gobierno en 1945, porque las Fuerzas Armadas no insurgían por propias conveniencias sino, a conveniencia, de los intereses nacionales y, este partido, fue llevado al poder porque promovían valores que los motivaban, pero no habían actuado ni generado resultados previamente, por lo cual, en 1948, dado los nefastos resultados para la colectividad, las Fuerzas Armadas insurgen contra el gobierno de ese partido».
También manifestó lo siguiente: «El cese de los partidos se justificó porque, estos, no eran beneficiosos para los resultados y el desarrollo de la Nación, el fin justifica los medios, los resultados de la Administración Pérez Jiménez, en contraste con la de los partidos, hasta en la actualidad, genera un contraste tremendo entre, resultados de desarrollo económico, y en todos los aspectos, superior al de las administraciones de los partidos, sumando sus gestiones desde 1945 hasta la actualidad, son los hechos los que manifiestan la realidad y no las palabras».
El Plebiscito de 1957 fue el punto de quiebre, junto con la Carta Pastoral de Monseñor Arias Blanco, lo que precipitó los hechos de las siguientes semanas. «El Plebiscito se realizó para continuar, por 5 años más, la obra de gobierno que se inició en 1952, a lo que la gente acudió masivamente a votar en favor de este gobierno, además de que no había, en Venezuela, nadie más capacitado para continuarla con los beneficios que ello generaba. De no haber sido favorable el plebiscito, hubiera abandonado el poder en la fecha estipulada, prueba de ello fue mi salida el 23 de enero de 1958, dado al convencimiento de que, en las Fuerzas Armadas, no había el entendimiento de que, la obra fundamental de la Nación, versaba sobre la base de las mismas».
El gobierno, en palabras de Pérez Jiménez: «pretendió evitar la mercenarización de las expresiones, en el sentido de utilizar medios, o personas, pagadas para difamar a los demás, con el propósito de enaltecer a quien no lo merece o escarnecer a otros. La primera libertad, es la libertad de la LIBERACIÓN DE LA MISERIA, de nada nos sirve un pueblo enteramente libre, pero plagado de males, el deber primero era el de erradicar los males para que una colectividad entera, saludable, sí pudiera tener verdadera libertad», esto ante las reiteradas acusaciones, por parte de los partidos, de la falta de libertades políticas y de expresión.
Conclusiones y lecciones
Los oficiales que insurgieron en las intentonas de enero de 1958, tanto el día 1 como el día 23, no eran los más calificados (y cualificados) dentro de las Fuerzas Armadas Nacionales y, una muestra de ello es que, lo que vino posteriormente al 23 de enero de 1958, no superó la obra de gobierno previa sino por el contrario, ha dejado a Venezuela en el peor de los atrasos, también parece que, unos pocos muertos, durante el gobierno de Pérez Jiménez pesan, millones de veces más, que los miles de muertos y desaparecidos durante el régimen “democrático” de los partidos.
Pérez Jiménez relata lo siguiente: «Nosotros buscábamos la eliminación del rancho porque constituía una lacra social, primero era liberarlos (a la gente) de esas condiciones antes que darles «la libertad» de despotricar de las instituciones dada la dogmatización que propiciaban desde los partidos», la realización de obras de infraestructura, desde el punto de vista de la filosofía del gobierno, buscaba generar mayores libertades intelectuales al tener un entorno idóneo para ello, no es lo mismo vivir, en un entorno familiar, dentro de una estructura óptima, con todos los servicios básicos garantizados que vivir en estructuras que generan miseria y clientes para prostíbulos, cárceles y cementerios.
Para algunos historiadores, las acusaciones de corrupción administrativa, o peculado, a gran escala durante el período de Pérez Jiménez, fueron las que más afectaron a la moral pública, según el propio Pérez Jiménez, «el 23 de enero de 1958, quedaron en las arcas públicas 2.384 Millones de Bolívares (711.641.791,05 Millones de US$), libre de deudas, con todas las obras pagadas ya que, los mecanismos de contratación, no permitían generar intereses porque se pagaban, una parte al inicio de las mismas, otra parte a mitad de obra y el pago total al entregar la obra en los tiempos estipulados por la contratación de las mismas. Por lo tanto, los historiadores nunca han emitido juicio, opinión, o factores históricos, durante los gobiernos posteriores a esta fecha, en los que, el “sistema democrático”, ha descapitalizado al país, ha endeudado al país con instrumentos y naciones extranjeras (Deuda Externa), ha condenado a más de la mitad de la población venezolana a vivir en la miseria, desde vivir en ranchos (proliferación de los mismos y programas de “consolidación de barrios”) hasta vivir con menos de 20 dolares al mes, han aumentado la delincuencia en grados incalculables, de manera que, hoy en día, Venezuela es de los países más peligrosos del mundo. Estos factores no existían previos al 23 de enero de 1958, con lo cual, los historiadores, no hacen referencia y, aun así califican de corrupto y pernicioso, pero los historiadores, no dicen lo mismo, de los alcances negativos que ha tenido el sistema partidista desde 1958 hasta la actualidad».
La “democracia” inhabilitó, a perpetuidad, a Pérez Jiménez luego de que este ganara un escaño en el Senado de la República en 1968 (de la mano de la Cruzada Cívica Nacionalista) por el Distrito Federal, además de endilgarle causas penales que, de regresar a Venezuela, le harían preso nuevamente, lo cual le llevó a ser el único venezolano, hasta los momentos, con más años en el destierro. Pérez Jiménez dijo en una entrevista que: «cada pueblo tiene el gobierno que se merece, si los venezolanos, han votado mayoritariamente por estos gobiernos que, al juicio de la colectividad, han sido mejores que Pérez Jiménez, que los sigan disfrutando. La historia ha sido escrita en función de pasiones y no de razones».