Opinión | El oficio de los cínicos, un periodismo para la historia

Hace poco se viralizó -para variar- otra nota periodística de un medio chileno, en este caso La Tercera, que se supone con una trayectoria histórica notable. El caso es que el artículo viene a coronar, ahora desde una “perspectiva histórica” otro escenario en una campaña bien amañada que traen los medios de Chile dentro del conflicto social por la enorme migración venezolana y los hechos aislados de delincuentes connacionales en las noticias, algo que más que realidad periodística, ahora se convirtió en negocio redondo en el rating del melodrama televisivo matutino.

Cuando estudiaba periodismo en la Universidad de Los Andes en Venezuela, recuerdo que la mayoría de compañeros se babeaban con Ryszard Kapuściński, gracias a la obligatoriedad de leer una obra romántica de este polaco: “Los cínicos no sirven para este oficio”, y así lo repetían como si acabaran de descubrir las tablas de Moisés. Obviamente en medio de una lucha periodística contra el régimen de Hugo Chávez, cualquier romance para alentar el estudio de periodismo “sirve”. El caso es que, como suele pasar en la mayoría de ciencias sociales, ese periodismo que siempre se ha vendido como algo con vocación humanista no es más que un zoológico de los cínicos, un prostíbulo de la moral, el bufé libre de las hienas bien peinadas, según los intereses que resulten en ese momento en cada país.

En Chile, la persecución mediática contra los venezolanos no es sutil, no es ingenua, no es accidental. Es sistemática, calculada, deliberada. Y, lo más grave: es rentable. Prendes un programa matinal y te topas con la misma cantaleta: crimen, violencia, droga, prostitución… todo con nombre, apellido y acento extranjero. El guión es tan repetitivo que uno ya se sabe el final: “El detenido sería de nacionalidad venezolana”. Y si no lo es, no importa, igual le ponen el acento, o de plano cancelan la noticia porque no es un suceso interesante.

Por supuesto que la migración descontrolada genera tensiones. Nadie lo niega. Hay gente que no debió salir jamás de su barrio, y menos cruzar fronteras. Pero lo que ocurre en Chile ha cruzado todos los límites de lo racional. No es miedo. No es recelo. Es una campaña orquestada, sistemática y cruel. Y lo peor: no nace de la sociedad chilena como un fenómeno espontáneo —no, el chileno promedio ni siquiera se entera de muchas cosas—, nace desde las salas de redacción, desde los directorios, desde las órdenes disfrazadas de línea editorial.

¿Hay delincuentes venezolanos en Chile? Claro que los hay, nadie con dos dedos de frente lo puede negar. Ratas. Basura humana. No vale la pena defenderlos, porque no tienen defensa, son los famosos “Hijos de Chávez” que nos obligaron a salir del país, y que de paso, nos persiguieron. Pero son una minoría ruidosa, grotesca y visible.

En general en Chile hay más de 700.000 venezolanos según estimaciones del INE, si solo el 1%, apenas el 1% —siete mil— de ellos fuera realmente criminal estaríamos hablando que Chile sería Mad Max con empanadas de pino y pisco sour. Pero no lo es.

Aquí es importante hacer una pausa. Porque el chileno común no es el autor de esta narrativa. No es el villano, ni el director de esta obra barata. Es apenas el público. Y como todo público fiel, consume lo que le sirven. Día tras día, con el café, con la marraqueta, con la rabia. La televisión chilena —esa fábrica de ficciones disfrazadas de noticias— ha logrado instalar una idea simple, brutal y profundamente rentable: que el enemigo vino del norte y vive en la pieza de al lado.

Lo triste no es que haya periodistas que caen en esto. Lo trágico es que muchos lo hacen con entusiasmo. Ya no se limitan a reportar: curan el contenido como quien prepara un plato gourmet de prejuicios. Citan cifras sin contexto, editan imágenes para sembrar alarma y enredan datos con una soltura digna del mejor ilusionista. Todo para que el espectador olvide una máxima sencilla: que la nacionalidad no determina el crimen, pero sí puede determinar la condena mediática.

Y ahora, como si todo esto no fuera suficiente, las redes sociales se han encargado de convertir el caos en un espectáculo. Todo el mundo es experto y valiente desde su teclado, lanzando veneno, pero cuando se trata de encarar al vecino venezolano o al compañero de trabajo con el que compartieron un par de cervezas, ahí nadie dice nada. Porque saben que el venezolano con el que conviven no es el criminal de la televisión. Pero se conforman con el humo que les vendieron y la incapacidad institucional de solucionarlo, más matinales y menos fronteras controladas.

Y así se completa el círculo. Mientras los buenos se callan y los audaces tuitean, los cínicos reinan. Con su falsa objetividad, sus fuentes de cartón y su discurso milimétricamente inflamado. Ya no sirven para el oficio. Pero, a juzgar por los titulares, son los únicos que siguen cobrando por él.

Al final de todo esto, con la guerra ganada o perdida en Venezuela, será tiempo de regresar a casa. Sanar las heridas, reconstruir lo que se pueda y, si hay suerte, buscar un camino para avanzar.

Francisco Pérez Alviárez
Francisco Pérez Alviárez
Periodista de investigación, maestrando en historia, director de Venezuela Inmortal, escritor en La Nueva Enciclopedia. Productor y promotor cultural.

LEAVE A REPLY

Please enter your comment!
Please enter your name here

Disfruta

spot_imgspot_img

Más artículos...

Los años 8 y las crisis finiseculares, transformadoras  de la vida venezolana

A  María Victoria, por su compañía y estímulo.      La Historia de Venezuela y el resto del mundo está cargada de sucesos que la hacen dignas...

¡Enemigo a la vista! La flota inglesa que atacó Puerto Cabello en 1743

Las crónicas  o historias de los hechos ocurridos en nuestro país antes de la independencia son poco comentadas y menos conocidas, pero durante aquellos...

Un episodio de Historia Diplomática: Bolívar en la Italia de Mussolini

El 21 de abril de 1934 fue inaugurada en Roma una estatua ecuestre en honor al Libertador Simón Bolívar, dicho acto contó con la...

La Batalla de Guama, Matías Salazar, Guzmán y la Iglesia

Pocas personas recuerdan que recientemente se cumple un aniversario más de la batalla de Guama, combate ocurrido el 21 de Septiembre de 1870 entre...

Venezuela y sus ciudades en 1600, según fray Pedro Simón

Las «Noticias Historiales de las Conquistas de Tierra Firme en las Indias Occidentales», redactadas por fray Pedro Simón y mandadas a publicar en España...