En estos días, a raíz de la publicación de nuestro artículo sobre la Batalla de Guama y su personaje central, el Gral. Matías Salazar recibí la llamada de un pariente (quien me pidió expresamente no identificarlo) que me manifestaba su agrado por el mencionado escrito. Pero también me sorprendió con una primera noticia: Me informó que él es sobrino-tataranieto del famoso general Salazar, lo cual yo nunca habría imaginado, pero lo mas extraordinario es que el primo tiene el original del testamento que redactó de su puño y letra Matías Salazar horas antes de ser fusilado.
Por supuesto, que en el acto le pedí una copia de tan importante papel, que es la que pueden ver los amigos en este artículo.
El escrito en cuestión, aparte de ser un documento de valor histórico extraordinario por el mero hecho de quien lo suscribe y la grave oportunidad en la que fue redactado, me ha dado (y creo que a todos nos dará) una nueva o más amplia visión del controvertido personaje.
Aunque sus biógrafos coinciden en que el general Salazar era un hombre de un regular nivel de cultura, y que había trabajado como escribiente jurídico y como maestro, sobre él se había levantado un matiz de típico soldado de montonera, ignorante, muy violento y casi bandido; pues de la mera observación de su última voluntad se evidencia que era un hombre acostumbrado a escribir, con una impecable caligrafía, adecuada redacción y buena ortografía. Resulta dramático ver como inicia la escritura con una evidente serenidad, con el pulso firme, que le permitía hacer una letra impecable, la cual se va deteriorando a medida que escribe y al final del manuscrito, cuando escribe la despedida, se puede intuir que seguramente ya temblaba su mano al pensar que en pocas horas sería fusilado.
En cuanto al contenido mismo del pliego, su autor se presenta como un hombre religioso, tranquilo porque se ha confesado: “bien confesado” escribe textualmente. Pide que oren por él y que se manden a decir misas por el descanso de su alma. Expresamente hace una petición de “las 30 misas de San Gregorio”. Se trata de lo que se llama las “Misas Gregorianas”: Una serie de misas por treinta días consecutivos, sin interrupción, tan pronto sea posible luego del fallecimiento de una persona. Son una costumbre religiosa que data del siglo VI que busca que el difunto, de quien se cree que pueda tener dificultades para ir al cielo, ya que se presume que va a caer en el purgatorio, se pueda encaminar hacia el descanso eterno. De su insistencia en la realización de estas misas, se evidencia que estaba arrepentido de sus los actos de su violenta y turbulenta vida.
Dice que ha recibido el “biático” (sic). Normalmente se entiende por viático, el sustento que se le entrega al viajero para que se mantenga durante el viaje. En materia religiosa, se refiere al viaje desde el mundo terreno hacia el más allá: Es la eucaristía que recibe quien está en trance de morir. O sea, que Matías Salazar comulgó y se confesó el día antes de su fusilamiento. Va a morir absuelto de sus pecados confesados, de allí su tranquilidad espiritual. Dice que va a morir “asistido”, o sea, que el sacerdote lo va a acompañar y le ha puesto los Santos Oleos, o Extremaunción, como se decía antiguamente.
Declara que su único amigo allí es el “padre Gaspar”. Se refiere al cura párroco de Tinaquillo, Gaspar Yánez, quien cuenta la historia que pidió el perdón a favor del condenado hasta el último momento. Yánez no auxilia a “Matiitas” hasta el lugar de la ejecución: no quiso ir a presenciar la muerte de su viejo amigo y le pidió el favor de asistir al condenado al padre Octaviano González.
Dispone detalladamente de sus bienes: Hace unos particulares legados a parientes y a la iglesia. Regala ganado. Deja dinero para los pobres de solemnidad, “pero que se los den poco a poco”. Nos llama la atención que lega a la iglesia del Tinaco una imagen grande de la Virgen del Carmen.
También este testamento nos da la idea de que es un hombre bastante familiar. Trata a su esposa de “Mi queridísima” y le da algunos consejos e instrucciones. En el terrible trance que está viviendo no olvida dejarle un amparo económico a su madre y hermanas, y les lega unas cantidades de dinero efectivo.
Finaliza pidiéndoles a sus familiares valor y resignación y que recen por él.
Después de la ejecución, que para muchos es más bien un asesinato, los restos del general Salazar fueron enterrados en el cementerio de Tinaquillo, donde permanecieron por varios años. Luego fueron inhumados en la Catedral de Valencia, Capilla del Crucificado, donde permanecían por lo menos hasta principios del siglo XX.
He aquí el texto del testamento (salvo las palabras que no pudimos entender). Posiblemente algunas palabras hayan sido mal interpretadas por nosotros:
Señora Cergia Moreno de Salazar, Carmen Loaiza y familia
Tinaquillo, mayo 16 1872
Mi queridísima esposa
Te Supongo ya en cuenta que por desgracia he caído prisionero en manos de mis enemigos, pero afortunadamente me he confesado he recibido el biatico y mañana a las ocho de la mañana ya no estaré, pero no se aflijan Ustedes porque me he confesado muy bien y confío, tengo espero morir en gracia de Dios
El Señor me ha concedido lo que le he pedido, lo que es morir asistido, he sido también muy feliz porque he sido tratado muy duro con grillos.
Mira compañera mi corazón no siente ningún rencor, he perdonado con mucho gusto.
Les pido un favor, que sean muy conformes porque lo que Dios hace es porque conviene.
He resuelto hacer esta cartica para decirles adiós y para darles algunas órdenes.
En poder del padre Gaspar quedan unos documentos de unos
Reales que tengo en Curazao y otros que el te entregará para un
valor de quince mil pesos, de estos reales me le dará a mis hermanas quinientos pesos a cada una y a mi mamá dos mil . A mi cuñado Fernández que solicite una goleta que tiene el doctor Larrazábal y Pedro Nolasco Martínez y negocie con ellas.
Las novillas de Arauca las regalo a Vicente Hernández. Tu tienda, tus casas y el resto de tu dinero es de tu propiedad. La casa de Tinaquillo debes venderla. La imagen grande del Carmen la regalo a la iglesia de Tinaquillo. Denle a padre Gaspar cincuenta pesos para que hágame las treinta misas de San Gregorio regálenle la Virgen del Socorro venticinco pesos y venticinco que de a la de los pobres de solemnidad poco a poco, sea muy desconfiada y viva con su madre o con la mía, aquí no he encontrado mas amigo que el padre Gaspar. Esta ha sido una fortuna que cercado de ballonetas haya podido hacer estas líneas.
Siento no haber tenido el gusto de ver mi estimada familia y mi muy querida madre. Considero que diré de mi corazón que está enferma. Adiós mi Cerpa, Adiós Madre mía, Adiós mis hermanitas, les suplico que tengan valor y resignación
Matías Salazar
Aunque ustedes rezaran mucho por el bien de mi alma yo se los encargo muy encarecidamente. Nada hay mal
Vivan muy bien y sirvan muy bien a Dios que es el Único bien positivo.
Acta de enterramiento de Matías Salazar