Para 1945 la Segunda Guerra Mundial ya había llegado a gran parte del globo y su final era inminente, Europa y el Pacífico estaban en llamas, mientras que el Caribe había recibido importantes golpes de la mano de jaurías de submarinos alemanes, que desde 1942 iniciaron un ataque contra las flotas de barcos con recursos petroleros que salían desde Venezuela a las refinerías de Aruba, Curazao y Trinidad.
Un importante tonelaje de barcos de diversas banderas que salían del Lago de Maracaibo con petróleo fueron hundidos por los submarinos de la Kriegsmarine en un esfuerzo por destruir el suministro de combustible para la maquinaria bélica aliada en Europa, pues en Curazao se procesaba el 80% del combustible de la Royal Air Force de Gran Bretaña para los primeros años de la guerra. Por su parte, en Aruba se procesaba gran parte del crudo venezolano para diversos productos que iban a dar a los aliados.
La respuesta de Venezuela ante estos ataques fue nula, no había capacidad militar para defender la flota petrolera y tan solo se podían realizar notas de protesta diplomática, ruptura de relaciones y colaboración con los aliados para obtener la protección necesaria.
Estos ataques de los alemanes contra el Caribe fueron parte de una operación conocida como “Neuland” para el bando alemán y “Westindien” para el bando aliado, por lo que el gobierno de los Estados Unidos se concentró en realizar acuerdos de cooperación con los países del Caribe para fortificar las costas, establecer bases y custodiar la zona en la medida de lo posible. En Venezuela se hicieron importantes dotaciones para la protección de las costas, el Golfo de Paria y la Isla de Patos, también hubo presencia militar norteamericana en tierra firme.
Para los últimos meses de la guerra, Venezuela estaba muy comprometida en la exportación del crudo y las materias primas necesarias para la lucha contra el Eje, y aunque nunca realizó una declaración formal de guerra por las acciones recibidas en su contra, el gobierno venezolano por intermedio del Ministerio de Relaciones Exteriores, publicó en Gaceta Oficial del 15 de febrero de 1945 una nota de Reconocimiento por Venezuela del estado de beligerancia con Alemania y Japón, lo que fue tomado por los países comprometidos en el conflicto como una declaración de guerra.
El 8 de mayo de 1945 Alemania firmó su rendición incondicional y posteriormente el 15 de agosto de ese año lo hizo Japón finalizando este largo y sangriento episodio de la humanidad.
A continuación hacemos de su conocimiento y transcribimos la nota de la Gaceta Oficial gracias a nuestro investigador Helly Ángel.
Transcripción de la Gaceta
Ministerio de relaciones exteriores
Reconocimiento por Venezuela del estado de beligerancia con Alemania y Japón
La declaración XV, propuesta y suscrita por Venezuela en la reunión consultiva de la habana y aprobada luego por el congreso nacional, es el origen y la base jurídica de la actitud asumida por la república al lado de las naciones unidas y frente a las potencias agresoras.
Los signatarios del mencionado documento reconocieron y proclamaron que el ataque de un país no americano contra cualquier nación del continente sería considerado como acto de agresión contra todas. Fue en cumplimiento de aquel compromiso como el presidente de la república, a raíz de la ataque a Pearl Harbor ocurrido el 7 de diciembre de 1941, manifestó públicamente la decisión del gobierno de mantenerse fiel a la palabra de solidaridad que se había empeñado y poco después dispuso, en consejo de ministros, la ruptura de relaciones entre Venezuela y las Potencias del Eje. Esta ruptura y el decreto por el cual se suspendieron los efectos de la legislacion venezolana de neutralidad en favor de los países americanos que se encontrasen en guerra, señalan de manera precisa el momento en que Venezuela abandonó su posición de país neutral.
Días después, constituida en Río de Janeiro la tercera reunión consultiva. Venezuela propuso, en unión de Colombia y México, que todas las naciones de América que no lo habían hecho rompieran las relaciones diplomáticas que mantenían con los países del eje y pidió, con otras repúblicas que la comunidad americana hiciera suyos los principios consignados en la “Carta del Atlántico”, a los cuales adhirió formalmente.
El gobierno de Venezuela no ha vacilado en prestar a las naciones unidas, dentro de las posibilidades, su colaboración política, económica y militar. A este fin convino con los de Estados Unidos y Holanda las condiciones de la defensa en común del mar caribe y de las Antillas Holandesas; fortificó ciertos puntos de la costa para cooperar en la acción de las bases aliadas; concertó con el gobierno británico prevenciones para la defensa del Golfo de Paria; fortificó la Isla de Patos y convino su acción con la de la base americana de Trinidad; abrió sus puertas y aeródromos a los buques y aeronaves de países beligerantes amigos; se incautó de naves internadas en Venezuela y pertenecientes a potencias totalitarias; dictó disposiciones para vigilar y refrenar actividades de personas extranjeras o nacionales que pudiesen poner en peligro la seguridad de cualquier país americano; fiscalizó el movimiento de los fondos pertenecientes a súbditos del eje; liquidó o expropió empresas comerciales, industriales y de transporte pertenecientes a ellos y, en resumen, dio estrictas ejecuciones a todas las medidas derivadas de los convenios interamericanos del país, demostrando siempre su voluntad de ayudar por todos los medios a su alcance el triunfo de las naciones unidas.
Por su parte el gobierno alemán ha cometido actos de agresión calificada contra la república, como el hundimiento de barcos de bandera nacional, con perdida de vidas venezolanas y llegó recientemente en su actitud hostil, hasta el bárbaro fusilamiento de un ilustre prelado de nuestra iglesia.
En virtud de tales hechos, y por cuanto ellos caracterizan de modo inequívoco la situación creada, el gobierno reconoce la existencia del estado de beligerancia entre Venezuela de una parte y Alemania y Japón de la otra.
El Presidente de la República ha conferido, en consecuencia, plenos poderes al embajador de Washington para que firme el documento de adhesión de Venezuela a la declaración de las Naciones Unidas, fechada el 1 de enero de 1912.
Caracas; 15 de febrero de 1945.
Publíquese de orden del ciudadano encargado del Ministerio de Relaciones Exteriores.
El Director de Política Internacional
Roberto Picón Lares.